Hace un tiempo hablábamos sobre como podíamos reactivar las ventas de nuestro negocio durante la crisis ocasionada por el COVID-19. Hoy vamos a hablar de algunos consejos que podemos tomar para, una vez que nuestros ingresos se han estabilizado y son sostenidos, seguir avanzando y dar el siguiente paso que nuestra empresa necesita. Esto es lo que se conoce como: crear un plan de crecimiento.

Al contrario que un plan de negocios que se centra en plasmar sobre el papel la idea de negocio que vayamos a iniciar, el plan de crecimiento es una hoja de ruta con los objetivos, estrategias y plazos que debemos cumplir para alcanzar un crecimiento de nuestro negocio en los próximos años.

Esta hoja de ruta no es estática, sino que se podrá ir actualizando según los distintos factores que puedan ir surgiendo y que afecten al mercado, de manera que nuestras estrategias se irán actualizando y adaptando a dichos factores. Aun así, es un buen punto de partida para hacernos una idea del camino a seguir para alcanzar nuestro objetivo de una manera coherente.

Un buen punto de partida para realizar tu plan de crecimiento es crear un análisis FODA (también conocido como análisis DAFO) de tu empresa. Este análisis se compone de las siguientes partes:

  • Fortalezas. ¿En qué somos mejores que nuestros competidores? ¿Qué nos hace tener una ventaja competitiva con respecto a ellos?
  • Debilidades. ¿Cuáles son nuestras desventajas con respecto a nuestros competidores? ¿Qué procesos constituyen una barrera para mejorar y debemos eliminar o cambiar?
  • Oportunidades. ¿Podemos aprovechar algún nicho de mercado que no esté siendo explotado? ¿Existe alguna circunstancia que pueda mejorar la situación de nuestra empresa?
  • Amenazas. ¿Hay mucha saturación en el sector de nuestra empresa? ¿Son nuestros competidores más eficientes?

¿Qué debemos incluir en nuestro plan de crecimiento?

En primer lugar debemos analizar cuáles son nuestras oportunidades de crecimiento. Por ejemplo, creando un nuevo producto o servicio que nos aporte un valor competitivo con respecto a nuestros competidores. También, podremos crear promociones como parte de una estrategia de marketing para captar la atención de nuevos clientes.

Lo siguiente será crear un plan de financiación, de manera que podamos soportar los gastos asociados al crecimiento de nuestra empresa (material, personal, etc), y no nos veamos en números rojos rápidamente. Debemos prestar mucha atención a esta parte, y hacer los números necesarios para saber cuánto dinero necesitamos. En caso de no contar con la cantidad adecuada, debemos buscar financiación.

Debemos tener claros cuáles son nuestros objetivos financieros a medio y largo plazo, ya que es muy posible que no recuperemos nuestra inversión hasta pasado un tiempo.

El siguiente paso será crear una correcta estrategia de marketing y ventas. Hay que tener muy claro cuáles son las mejores vías para llegar a nuestros clientes, de manera que consigamos una estrategia solida que pueda respaldar nuestro crecimiento.

Otra parte importante es la de analizar nuestro equipo. ¿Están lo suficientemente preparados para afrontar el crecimiento de nuestra empresa? Es bastante posible que tengamos que invertir en la formación adecuada para prepararlos; o incluso contratar nuevo personal capacitado para ello, y que puedan absorber el volumen extra de trabajo.

Por último, debemos tener muy claros cuáles son los principales errores que se cometen a la hora de realizar y poner en práctica un plan de crecimiento, para no caer en ellos. Por ejemplo, no calcular bien la inversión necesaria y no presupuestar el suficiente dinero, o no contar con un fondo preparado por si algo no va bien o aparecen costes inesperados. Además, no debemos esperar que se generen ventas desde el primer día.

Una vez hecho todo esto estamos preparados para llevar a cabo nuestro plan de crecimiento y ponerlo en práctica para ver a nuestra empresa crecer.