Según un reciente estudio, alrededor del 25% de los conductores tiene un problema de mala visión que afecta negativamente a su conducción. Los datos dicen también, que conducir con un problema de visión hace que se multipliquen por tres las posibilidades de sufrir un accidente.

Estos números son ciertamente alarmantes, más aun teniendo en cuenta que casi el 100% de estos problemas de mala visión se pueden solucionar realizándose un correcto examen optométrico y tomando las medidas oportunas que nos indique nuestro óptico-optometrista.

El 90% de la información que recibe nuestro cuerpo se realiza a través de nuestros ojos. Esto cobra una especial importancia a la hora de conducir, pues los tiempos de reacción han de ser más cortos. La toma de decisiones es de unas 15 por kilómetro recorrido al volante, y muchas de estas debemos tomarlas por lo que nuestros ojos ven en cada momento.

Como vemos, se trata de algo que no tenemos que tomar a la ligera, ya que un problema de mala visión en un momento crítico puede acabar en tragedia.

¿Qué aspectos de nuestra visión debemos tener en cuenta para conducir con seguridad?

Los tres aspectos más importantes a tener en cuenta son: la agudeza visual, el campo de visión, y la visión del color y sensibilidad al contraste. Además de estos tres, debemos tener en cuenta los problemas de mala visión ocasionados por operaciones, accidentes, o malformaciones de nacimiento.

  • Agudeza visual. La agudeza visual es la capacidad del ojo de percibir con detalle todo lo que observa. La agudeza visual se mide desde 0,0 (sin visión) hasta 1,0 (visión normal), siendo necesaria una visión actualmente en España de 0,5 para poder conducir, y de 0,8 en el caso de conductores profesionales (camiones y autobuses). Hay que tener en cuenta que durante la noche, la agudeza visual disminuye hasta en un 70%, por lo que un conductor con un 0,5 de agudeza visual tendrá muchos más problemas para detectar un objeto.
  • Campo de visión. El campo de visión es la amplitud o extensión de visión que recoge el ojo. Este puede ir desde los 45 hasta los 100 grados, y se mide con una prueba de campimetría. Según recogen recientes estudios, el 25% de las personas presentan dificultades a la hora de ver lateralmente, lo que puede aumentar la posibilidad de tener un accidente de tráfico. La disminución del campo de visión aumenta conforme aumenta la velocidad a la que circulamos, y es más grave cuando hay poca iluminación.
  • Visión del color y sensibilidad al contraste. Estas capacidades nos permiten distinguir señales o las luces de freno de otro vehículo, así como diferenciar un objeto del fondo en el que se encuentra. Aunque no es un requisito para obtener o renovar el permiso de conducir, es un factor muy importante a la hora de conducir con seguridad.

Como siempre, desde Gesvision queremos concienciar de la importancia de realizarse exámenes de visión con frecuencia para descubrir posibles problemas de visión que, en muchos casos, pueden acabar afectando a otras personas.